¿Por qué un empresario provoca escándalos financieros?

Artículo del Prof. Dr. Collado, miembro del Comité Científico de la SCEC  

El jefe de Anticorrupción, Carlos Jiménez Villarejo, describía con “preocupación” en la Memoria de Actividades de la Fiscalía anticorrupción, correspondiente a 2001, tres problemas que afectan a la lucha contra los delitos económicos: la desregulación mundial de los mercados de capitales, la persistencia de la opacidad de ciertas transacciones financieras y las deficiencias de la cooperación entre los Estados. 

En 2002 era el secretario de Estado de Economía, Energía y Pyme, José Folgado, quien resaltaba la necesidad de avanzar a escala nacional e internacional en el establecimiento de estándares de contabilidad homogéneos para evitar el fraude en las operaciones patrimoniales y garantizar una mayor transparencia de las actividades empresariales y diferenciaba la “contabilidad creativa” con las relacionadas con el blanqueo de capitales, que definía como aquéllas que guardan apariencia de legalidad y que manejan cantidades de dinero procedentes del crimen organizado, el narcotráfico o el terrorismo. 

Existen dos factores que desencadenan que los escándalos financieros salgan a la luz y obtengan la atención del público. Uno es la existencia de un entorno económico recesivo que suceda a un periodo de euforia, como está pasando en la actualidad.

El segundo desencadenante puede ser la innovación de los instrumentos financieros o de la tecnología. En negocios como el Forum Filatélico, en el caso Madoff, o en la actualmente abierta operación «Gürtel» se ha dado esta situación.

Según Santiago Garrido, de la UNED (1), el concepto moderno de gestión empresarial tal como hoy lo conocemos surge en todas las organizaciones a partir del momento en el que se considera que una persona se dedique exclusivamente a tareas directivas, con exclusión de los trabajos de tipo operativo o directamente productivo, esta justificado. Dicho de otra forma, que existe una justificación de tipo económico para que alguien perciba un salario no estando directamente vinculado al proceso productivo pero realizando unas tareas que de otra forma resultan mas caras o desde luego menos eficientes. Nace así a finales del siglo XIX la figura del gestor, ejecutivo o directivo de empresa. 

Acompañando al nacimiento de las modernas organizaciones empresariales aparece el concepto de responsabilidad limitada. En las formas clásicas de propiedad empresarial se arriesgan todos los activos del propietario en caso de que se produzcan demandas judiciales contra la organización. Pero con la responsabilidad limitada, la compromiso de los accionistas se limita simplemente a la cantidad invertida en la empresa. La responsabilidad limitada ha tenido la ventaja de incentivar la formación de empresas, pero también ha sentado las bases de posibles abusos, ya que los propietarios quedan excluidos de las labores de supervisión y gestión diarias. Con la separación de la propiedad y el control los accionistas ya no controlan las empresas. Son los directivos los que realizan el control, incluso sin poseer acciones. Dice Thomas Donaldson de la Universidad de Pensilvania (2): “El concepto previo de empresa consistía en que la administración era algo inherente a los propietarios, los cuales eran a su vez directivos activos”.

El escándalo de Bernard L. Madoff, acusado de haber montado una estafa millonaria basada en el esquema Ponzi de más de 50.000 millones de dólares, es la historia de varios y poderosos principios que han trabaja al unísono y conjuntamente. Son principios de libro de texto. En este caso son cuatro los principios que están presentes. El primero es la escasez, ya que a los inversores se les decía: “El fondo ya está cerrado, pero tal vez te pueda conseguir un sitio”. El segundo principio clave es la autoridad. Madoff es un individuo que en 1990 era presidente de NASDAQ. Fue el promotor y pionero del comercio electrónico. Era miembro del consejo de administración. Y el cuarto principio se basa en la coincidencia en aficiones y gustos. Las personas que nos gustan tienen mucha influencia sobre nosotros. En este caso fueron las redes sociales a través de Internet, las reuniones en club privados… así es como la gente se enganchó. 

Estos cuatro principios básicos pueden trabajar coordinadamente, y el resultado es la situación de fraude del caso Madoff. 

Catherine M. Schrand de la Wharton Business School (3) describe la trayectoria que lleva al fraude. El ejecutivo cree que su empresa está tan sólo pasando por un mal trimestre o una fase de mala suerte. También cree que todos los involucrados -gerentes, empleados, clientes, acreedores y accionistas- deben maquillar el problema a corto plazo, de modo que esas personas no interpreten de manera equivocada el débil funcionamiento actual de la empresa como si fuera el preludio de lo que está por llegar. Además de eso, está convencido de que, más adelante, la empresa será capaz de compensar el periodo actual de malos resultados. Ese tipo de raciocinio es más común en el ejecutivo optimista o con exceso de confianza en sí mismo.

Este tipo de persona acaba flexibilizando un poco las normas o involucrándose en lo que se podría llamar el área gris de la gestión de beneficios. Si como suele suceder está equivocado y las cosas no salen tal y como esperaba, prosigue Schrand, el ejecutivo se siente entonces obligado a compensar las pérdidas del periodo anterior. Eso exige que continúe en su comportamiento fraudulento, agudizándolo aún más en periodo en curso.

La manipulación de los beneficios en un único periodo puede pasar desapercibido si el funcionamiento de la empresa mejora. De lo contrario, los gerentes continuarán manipulando los datos de una manera cada vez mayor. Por último, entran en fase de ‘maquillar los libros’ adulterando documentos y recurriendo a registros falsos que son perseguidos por la ley. Es terreno abonado para el blanqueo de capitales, con operaciones que guardan apariencia de legalidad y que manejan cantidades de dinero procedentes del crimen organizado, el narcotráfico o el terrorismo. 

  • Santiago Garrido Buj. Manual de gestión de empresas. Ed. Universitas sa. Madrid 2000 Pag 25.
  • Thomas Donaldson. Defining the Value of Good Business. Financial Times, Junio 2005 (3) Catherine M. Schrand. Are Overconfident Executives More Inclined to Commit Fraud? Publicado el 5 de marzo de 2008 en Knowledge@Wharton. 

(*) El autor José Collado Medina, doctor y profesor titular en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UNED y del Instituto Universitario “General Gutiérrez Mellado”, es miembro de la dirección del Comité Científico de la Sociedad Científica Española de Criminología y responsable nacional del área de formación. Este artículo ha sido publicado en el último Boletín de la SCEC.